El sapo verde


"El sapo verde"

1-. Situación retorica:


Audiencia:
Relato dirigido al lector infantil.

 Tema:

Relato que nos cuenta que burlarse de otros individuos puede provocar gran daño en su personalidad y que sus sentimientos también cambian.

 Propósito:

El relato nos demuestra como la opinión de otros afecta en el autoestima de algunos individuos, por tal motivo debemos enseñar que hay que aceptar y aceptarse tal como somos con virtudes y defectos. Que en nuestro entorno siempre encontraremos diversos tipos de persona y el respeto es muy importante para no generar daño a quienes nos rodean.

2-. Contexto de producción:



Graciela Montes nació en Buenos Aires el 18 de marzo de 1947.
Es Profesora en Lenguas y Literaturas Modernas por la Universidad Nacional de Buenos Aires, de donde egresó en 1972.

Durante 20 años formó parte del Centro Editor de América Latina, en donde dirigió

 la colección de literatura infantil Los cuentos del Chiribitil entre los años 1977 y 1979. El estímulo del entrañable editor Boris Spivacow, fundador del Centro Editor de América Latina, forjó en Graciela Montes
 un decidido impulso por la edición y promoción de los libros para niños. Fue miembro fundador de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina, sección nacional del IBBY) y cofundadora y codirectora de la revista La Mancha, papeles de literatura infantil y juvenil, entre 1996 y 1998.



Titulo: Sapo Verde
Autor: Graciela Montes
Genero Narrativo


3-.Cuento:
Sapo verde.*



Humberto estaba muy triste entre  los yuyos del charco. Ni ganas de saltar tenía. Y es que le habían contado que las mariposas del Jazmín de Enfrente andaban diciendo que él era sapo feúcho, feísimo y refeo.*

—Feúcho puede ser —dijo, mirándose 
en el agua oscura—, pero tanto como 
refeo... Para mí que exageran... Los ojos un poquitito saltones, eso sí. La piel un poco gruesa, eso también. 

Pero ¡qué sonrisa!
Y después de mirarse un rato le comentó a una mosca curiosa pero prudente que andaba dándole vueltas sin acercarse demasiado:

—Lo que a mí me faltan son colores. *¿No te parece? Verde, verde, todo verde. Porque pensándolo bien, si tuviese colores sería igualito, igualito a las mariposas.

La mosca, por las dudas, no hizo ningún comentario.
Y Humberto se puso la boina y salió corriendo a buscar colores al Almacén de los Bichos.*
Timoteo, uno de los ratones más atentos que se vieron nunca, lo recibió, como siempre, con muchas palabras:

— ¿Qué lo trae por aquí, Humberto? ¿Anda buscando fosforitos para cantar de noche? A propósito, tengo una boina a cuadros que le va a venir de perlas.

— Nada de eso, Timoteo. Ando necesitando colores.

— ¿Piensa pintar la casa?

— Usted ni se imagina, Timoteo, ni se imagina.

Y Humberto se llevó el azul, el amarillo, el colorado, el fucsia y el anaranjado. El verde no, porque ¿para qué puede querer más verde un sapo verde?

En cuanto llegó al charco se sacó la boina, se preparó un pincel con pastos secos y empezó: una pata azul, la otra anaranjada, una mancha amarilla en la cabeza, una estrellita colorada en el lomo, el buche fucsia. Cada tanto se echaba una ojeadita en el espejo del charco.*

Cuando terminó tenía más colorinches que la más pintona de las mariposas. Y entonces sí que se puso contento el sapo Humberto: no le quedaba ni un cachito de verde. ¡Igualito a las mariposas!

Tan alegre estaba y tanto saltó que las mariposas del Jazmín lo vieron y se vinieron en bandada para el charco.

— Más que refeo. ¡ Re feísimo! —dijo una de pintitas azules, tapándose los ojos con las patas.

— ¡Feón! ¡Contrafeo al resto! —terminó otra, sacudiendo las antenas con las carcajadas.

— Además de sapo, y feo, mal vestido —dijo una de negro, muy elegante.

— Lo único que falta es que quiera volar —se burló otra desde el aire.

¡Pobre Humberto! Y él que estaba tan contento con su corbatita fucsia.

Tanta vergüenza sintió que se tiró al charco para esconderse, y se quedó un rato largo en el fondo, mirando cómo el agua le borraba los colores.

Cuando salió todo verde, como siempre, todavía estaban las mariposas riéndose como locas.*

— ¡Sa-po verde! ¡Sa-po verde!

La que no se le paraba en la cabeza le hacía cosquillas en las patas.

Pero en eso pasó una calandria, una calandria lindísima, linda con ganas, tan requetelinda, que las mariposas se callaron para mirarla revolotear entre los yuyos.

Al ver el charco bajó para tomar un poco de agua y peinarse las plumas con el pico, y lo vio a Humberto en la orilla, verde, tristón y solo. Entonces dijo en voz bien alta:

— ¡Qué sapo tan buen mozo! ¡Y qué bien le sienta el verde!

Humberto le dio las gracias con su sonrisa gigante de sapo y las mariposas del Jazmín perdieron los colores de pura vergüenza, y así anduvieron, caiduchas y transparentes, todo el verano.





4-.Estrategias de comprensión lectora:

Antes*

  • ¿Por qué crees que se llama El sapo verde?
  • ¿De qué crees que se trata esta lectura?

Durante *

  • ¿Por qué el sapo verde estaba triste?
  • ¿ Cuál creía que era el problema?
  • ¿ Dónde fue para solucionar su problema?
  • ¿ Qué cambios realizó?


Después*


  • ¿Le sirvió al sapo verde cambiar su apariencia?
  • ¿ Harías lo que hizo el sapo verde?
  • ¿ Qué le dirías al sapo verde?


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